Creo que es tiempo de regresar a casa. Por ahora. Ustedes disculpen, pero estoy hasta la madre de mítines y asambleas, y además hace mucho tiempo que no jodo al Papa, y extraño esa salutífera y noble actividad. En este blog iré poniendo, pero con calma, lo que quedó en el tintero, no, en el disco duro, no, en el cassette, y consignaré, en cuanto lo termine, un manual de difusión en tiempo casi real (DTCR, para hacerla mamila) de lo no difundido por los grandes medios. Esta especie de estación espacial rusa de seguro volverá a ser útil el 20 de noviembre, el 1 de diciembre y así. Lo bueno es que hay tiempo y para entonces las cosas saldrán mejor. Abrazos muchos y nos vemos allá.
lunes, septiembre 18, 2006
Creo que es tiempo de regresar a casa. Por ahora. Ustedes disculpen, pero estoy hasta la madre de mítines y asambleas, y además hace mucho tiempo que no jodo al Papa, y extraño esa salutífera y noble actividad. En este blog iré poniendo, pero con calma, lo que quedó en el tintero, no, en el disco duro, no, en el cassette, y consignaré, en cuanto lo termine, un manual de difusión en tiempo casi real (DTCR, para hacerla mamila) de lo no difundido por los grandes medios. Esta especie de estación espacial rusa de seguro volverá a ser útil el 20 de noviembre, el 1 de diciembre y así. Lo bueno es que hay tiempo y para entonces las cosas saldrán mejor. Abrazos muchos y nos vemos allá.
Protestas contra el gobierno mexicano en Alemania
Recibí esto. Lo publico tal cual.
(PM)
Rocío Osorio, Hamburgo, 16 de septiembre.- Las acciones de protesta contra el fraude electoral y la imposición persiguen al gobierno mexicano y a sus representantes hasta sus sedes diplomáticas y actos públicos en el extranjero.
Ayer 15 de septiembre ante en la embajada de México en Berlín, y hoy 16 en la ceremonia del grito de Independencia presidida por el cónsul mexicano en Hamburgo, Alemania, diferentes grupos de mexicanos expresaron en sendos actos su desacuerdo con las acciones del gobierno encabezado por Vicente Fox.
Alrededor de las seis y media de la tarde, en la llamada “plaza México” del Festival de las Culturas, mientras Jorge Castro-Valle Kuehne, embajador de México en Berlín, lanzaba vítores por la independencia y la democracia, algunas personas presentes permanecieron en silencio mientras mostraban carteles con imágenes y leyendas de repudio a la intromisión del mandatario en el proceso electoral, el fraude, y “la imposición del candidato oficialista como próximo presidente de la República”.
Dada la coincidencia de la fecha festiva con esta colorida fiesta multicultural, que tradicionalmente se celebra cada año por estas fechas en el campus universitario de Hamburgo, el consulado aprovechó la ocasión para efectuar su ceremonia al aire libre, en un escenario rodeado de puestos de artesanía, alimentos y bebidas típicos mexicanos.
Especial atención despertó entre los asistentes el puesto de un grupo llamado Iniciativa México, dedicado a difundir información sobre los recientes actos de represión oficial a protestas populares, como en Atenco y Oaxaca, así como los casos de Digna Ochoa, los campesinos ecologistas encarcelados y, por supuesto, el irregular proceso electoral, el movimiento zapatista y la otra campaña.
A propósito de la ceremonia del “grito”, Iniciativa México comenta en su texto de presentación: “(...) hay en Mexico muchos otros gritos que no dejan de oírse, aunque muchos traten de ignorarlos o acallarlos: gritos de dolor ante la crueldad y el maltrato, gritos que exigen justicia y democracia, gritos de lucha y, a veces también, de júbilo por pequeños triunfos en un largo camino. Queremos contribuir de algún modo para que todos esos gritos sean escuchados”.
“¿Qué país no tiene problemas?”, fue la cortante respuesta del visiblemente molesto diplomático mexicano ante el comentario de uno de los integrantes del grupo, que lo invitó al puesto y le recordó los múltiples y graves problemas que el actual gobierno mexicano deja sin resolver.
La autora de esta nota.
- Desventuras de una transmisión casi en vivo
- "Grupos radicales dispuestos a matar ciudadanos"
Hasta hace menos de dos semanas -el ritmo de los acontecimientos es cosa de vértigo- todos en esta ciudad estábamos con el Jesús en la boca ante la posibilidad de que el presidente Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador se pelearan a gritos por el Grito en pleno Zócalo capitalino, en noche de 15 de septiembre; pero era mucho peor la perspectiva de que a la mañana siguiente los transportes blindados del Ejército circularan por entre (¿o sobre? ¿o debajo de? ¿cuál era el adverbio correcto?) las carpas del campamento instalado en la plaza por la coalición Por el Bien de Todos. Con el escalofrío correspondiente, este navegador decidió poner en práctica lo poco que ha aprendido en el curso de su experiencia bloguera con el propósito de informar, desde la jaloneada plaza, sobre lo que ocurriera allí en la conmemoración del inicio de la Independencia. Para ello realizó los trámites siguientes: a) inscripción de un blog específico para la circunstancia; b) petición a La Jornada para colocar algo del material obtenido en el sitio web del periódico; c) reservación de una habitación con vista a la plaza en el hotel Majestic; d) suscripción al servicio de Internet móvil de E-go, consistente en un módem-antena de banda ancha, eliminador de baterías y cable de red Ethernet. Adicionalmente, se proveyó de a) computadora portátil; b) cámara de video de ésas que cuestan algo así como cinco mil pesos; c) cámara digital de foto fija, de algo así como la mitad; d) una barra de contactos; e) los cables necesarios para enchufar entre sí todo lo ya mencionado; f) unas tortas buenísimas de pan chapata: si Chapata vive, la lucha sigue, eso que ni qué.
La peligrosa combinación campamento lopezobradorista/desfile militar se despejó pronto, gracias, según se ha dicho, a las fructíferas negociaciones entre los opositores, el gobierno de la ciudad y los mandos castrenses. Ello de antemano privaba a mi operativo de interés periodístico, pero daba lugar a un suspiro de alivio en escala nacional. La posibilidad del doble Grito se mantuvo, en cambio, hasta 36 horas antes del festejo. En forma súbita, el señor que duerme en Los Pinos decidió llevarse su Grito a Dolores Hidalgo y cedió a Alejandro Encinas, jefe de Gobierno de la ciudad, la tarea de desgañitarse por los Héroes que nos Dieron Patria. De inmediato, el señor que dormía (hasta antier) en el Zócalo también renunció a abusar de sus cuerdas vocales. Los riesgos de confrontación parecieron quedar reducidos prácticamente a cero; bueno, eso creíamos, y cuando yo estaba a punto de renunciar al plan, horas antes de lo mero mero, el portavoz presidencial, Dr. Rubén Aguilar Valenzuela, dijo que los servicios de seguridad del Estado habían detectado que en el acto iban a hacerse presentes "grupos radicalizados" dispuestos a "intentar acciones de violencia en contra de los propios asistentes al Zócalo" e incluso a "matar ciudadanos". La ocasión recuperó de inmediato toda su relevancia periodística. Al parecer, dicho sea de paso, las empresas televisivas no registraron el dato, porque se llevaron sus cámaras de la plaza principal de la República y se fueron a videograbar todos los otros gritos imaginables; el del jefe del Ejecutivo, desde luego, pero creo que también los de los presidentes municipales de Escuinapa, Apizaco y Huajuapan de León.
Por mi parte, el dispositivo de cobertura casi en vivo resultó un desastre: los del hotel Majestic me habían jurado sobre piedras calientes que el establecimiento disponía de conexión inalámbrica a Internet, promesa que resultó más falsa que el doctorado del Dr. Aguilar Valenzuela; el switch que yo llevaba para compartir el acceso a Internet entre varias computadoras no quiso funcionar; a lo anterior han de sumarse mi patética ignorancia sobre edición de video, mi abrumadora impericia como usuario de cámaras para movimiento y foto fija, y mi gravísima falta de experiencia y de "olfato" para tareas reporteriles. Si la experiencia se salvó fue gracias a Aura Perroni y a Virginia Gutiérrez, quienes resolvieron la mayor parte de los problemas, fotografiaron y videograbaron en forma mucho más hábil que el que firma y llevaron a cabo esfuerzos (fructíferos) por disipar la frustración y la neura de las dificultades acumuladas: entre otras, el balcón del hotel estaba perfecto para tomas de Palacio Nacional y del templete lopezobradorista, pero entre nuestra posición y la ventana de Encinas se interponía un árbol tan frondoso como inoportuno, escollo que no fue posible salvar sin escalar e invadir el balcón de los vecinos de habitación; la cámara de video permaneció inutilizada durante los largos periodos de transferencia a la computadora, y a mí nunca se me pasó por la cabeza -incauto de mí- llevar un segundo aparato; para colmo, la única lap top que tenía conexión a Internet tardaba más que un dolor en subir los fragmentos de película al servidor de video de Google, movimiento indispensable para insertarlos luego en la página de La Jornada y en el blog z15s, establecido específicamente para la operación.
El fracaso más grave del experimento fue la imposibilidad de descubrir entre la muchedumbre a los grupos radicalizados dispuestos a matar gente de los que habló el Dr. Aguilar Valenzuela. En todo momento vimos en la plaza, tanto en las tomas desde el balcón como en las incursiones a la planta baja del acontecimiento, a la muchedumbre más pacífica del mundo, compuesta por jóvenes de todas las clases y filiaciones -desde pirruros, darketos y punketos urbanos, hasta muchachos rurales, pasando por la panoplia imaginable-, a viejos apacibles pero muy puestos para el danzón, a señoras a las que su adhesión al Peje no parecía causarles conflicto con su condición evidente de clase media, a niños regocijados con algodones de azúcar (pero quién sabe: tal vez eran enanos terroristas que manejaban armas químicas camufladas), a oficinistas, concheros, choferes, comerciantes y profesionistas sin trazas de portar un puñal o una ametralladora. Puede ser, como se ha dicho, que los asesinos hayan asistido con disfraces muy convincentes, o bien que este cronista improvisado carezca del entrenamiento necesario para descubrirlos. Desde luego, no me atrevo a sugerir que el vocero presidencial haya sido mal informado, y menos que haya pretendido él mismo mal informar a la opinión pública. Vean en http://z15s.blogspot.com los acercamientos a la gente y decidan cuál de las anteriores es la verdad.
Una de las cosas buenas del esfuerzo es que en la página web de La Jornada y en z15s fue posible, a fin de cuentas, ver el video de la ceremonia del Grito a cargo de Encinas, así como una treintena de fotos de la tarde y la noche del 15 de septiembre de 2006 en el Zócalo capitalino. Por cierto, con la experiencia de antenoche, ayer en la mañana videograbé algunos momentos del desfile militar que fue posible difundir en jornada.unam.mx antes de que terminara el evento.
En lo personal, me resultó benéfico corroborar que ya resulta posible, con muy poco dinero y recursos, realizar difusión y cobertura de asuntos que las grandes cadenas mediáticas deciden ignorar, ya sea por razones económicas (Fox se llevó el rating a Guanajuato), políticas (no hay que dar foro a los violentos, aunque se disfracen de ancianos, señoras de clase media, chavos comunes y corrientes y niños juguetones), estéticas (ni hablar, señores: los nacos son feos, y cuantimás si son asesinos) o periodísticas (el Grito del Zócalo es mucho menos importante que en cualquier otro lado). En rigor, basta con un blog, una cámara de medio pelo, una lap top, corriente eléctrica (móchate con el diablito, hermano ambulante; dame chance de llegarle al encendedor de tu coche, hermano taxista) y una conexión móvil a Internet. Esta última está disponible, en distintas modalidades y precios, en MVS (E-Go), Movistar y Telcel (Edge), Iusacell (BAM) y Unefón. Luego les platico en detalle de mi impresión personal de cada uno de estos servicios.
Prometo que antes de volver a intentarlo tomaré unas clases de fotografía con Fabrizio León, unas de tecnología internética con Luis Gutiérrez y unas más, de periodismo, con Julio Hernández, a quien envío una cordial felicitación por el inicio de su proyecto OtraTele. Ah, y el jueves sigo con los asuntos de resistencia pacífica, desobediencia civil y demás, y con respuestas a los lectores. Pero este fin de semana, el asunto obligado era el Grito. Y perdón por no haberme ceñido, por hoy, al formato de esta columna.
sábado, septiembre 16, 2006
La verdad es que si sólo contesté a un mensaje (el de Jesús del Toro) es porque le debo una respuesta desde hace mucho y me siento particularmente culpable con él y porque no me dio la vida para más. Estuve toda la tarde y la noche del 15 vuelto loco alimentando este espacio y la página de La Jornada, tratando de respetar el carácter distinto de cada uno de esos dos medios y resolviendo asuntos técnicos más bien pedestres. Las cosas habrían salido mucho mejor si en vez de un hub hubiese llevado un ruteador, si en lugar de una hubiera tenido dos cámaras de video y si fueran menos angustiosas mi torpeza, mi ineptitud y mi falta de oficio reporteril.
Hay un chingo y otro poquito de material, pero una cosa es picar el botón “Record” en la cámara de video y otra, muy distinta, bajar lo obtenido a la computadora, editarlo (decir “edición” es una arrogancia: más valdría decir cortarlo, rebanarlo en chuletas) y luego aventarlo a Video Google o a un sitio análogo. Una posibilidad es ir subiendo aquí, con calma, todas las fotos y todos los videos.
De todas formas, lo ocurrido ayer es historia. Hoy, sábado 16 de septiembre de 2006, a las nueve y veinte de la noche, los temas son la Convención Nacional Democrática y el eclipse definitivo del presidente en funciones.
El saldo positivo: el video que vieron aquí de la ceremonia encabezada por Encinas es uno de los tres o cuatro que han circulado en Internet y de seguro no es el mejor, pero sí el único, hasta donde sé, que logró cierta difusión masiva, gracias a que La Jornada lo colocó de inmediato en su página. O sea que fue visto cientos de veces aquí y cientos de miles de veces allá, y que pudimos romper el cerco informativo impuesto por las corporaciones mediáticas a expresiones sociales con las cuales no comulgan.
Disculpen si dejo de lado a Encinas, al Peje y a la Convención Nacional Democrática, pero es esta ruptura del cerco lo que más me interesa por ahora.
Puede resultar pretenciosa la comparación entre un pinchurriento minuto de video borroso y una transmisión en vivo de Televisa. Pero, a mi juicio, el precedente está colocado y en adelante habrá que esforzarse en realizar coberturas más ágiles y profesionales, y sobre todo en convertirlas en una práctica regular.
Hoy a mediodía, cuando salía del Hotel Majestic, me topé en un periódico de distribución gratuita con cifras sobre la existencia de computadoras personales en América Latina: Guatemala, 19 por cada mil habitantes; Argentina, 98; Chile, 113; México, 119. Las cámaras digitales y las videocámaras se han vuelto aparatos accesibles para un montón de gente. La energía eléctrica está en cualquier puesto callejero. Proliferan los servicios de conexión móvil o portátil y de acceso inalámbrico a Internet. Con esos factores, no me parece exagerado decir que el monopolio televisivo de las transmisiones en vivo está llegando a su fin.
El cerco informativo se estrechará en los días y meses que siguen. Creo que una buena fórmula para enfrentar tal circunstancia y superarla es precisamente mediante ejercicios de información casi en tiempo real como el que se realizó, en forma por demás insatisfactoria, aquí. Por ahora mi máxima prioridad es irme a dormir, pero en los próximos días elaboraré por escrito lo que aprendí en la tarde y en la noche del 15, por si a alguien más le sirve.
viernes, septiembre 15, 2006
Bueno, el bailongo ya está en toda la plancha --"para mi pueblo un son...", pero todavía ralo: 20:15 y toca Salario Mínimo. Sigo subiendo fotos atrasadas. En ésta, por ejemplo, un empleado anónimo del Ayuntamiento inventó su propio grito a las 19:00. Así que hubo el grito de anónimo (muy bloguero, el rollo), habrá el Grito de Encinas y el Grito adolorido.